Universidad del Zulia (LUZ)
Revista Venezolana de Gerencia (RVG)
Año 28 No. Especial 10, 2023, 1694-1700
julio-diciembre
ISSN 1315-9984 / e-ISSN 2477-9423
Como citar: Del Canto, E., y Mercado, J. D. (2023). Crisis y perspectivas de los modelos de desarrollo: dilema ente economía y el ser humano: una mirada desde Latinoamérica. Revista Venezolana De Gerencia, 28(Edición Especial 10), 1694-1700. https://doi.org/10.52080/rvgluz.28.e10.49
Crisis y perspectivas de los modelos de desarrollo: dilema ente economía y el ser humano: una mirada desde Latinoamérica
Del Canto, Ero*
Mercado, José David**
Recibido: 30.05.23 Aceptado: 11.09.23
* Doctor en Ciencias Administrativas y Gerenciales, Magister en Administración de Empresas, mención Finanzas, Especialista en Docencia en Educación Superior. Universidad de Carabobo, Venezuela. Email: edelcanto19@yahoo.es ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9856-8216.
* Magister en Administración del Trabajo y Relaciones Laborales, Universidad de Carabobo. Email: jmercado36@gmail.com
1. Los modelos de desarrollo, bienestar social y sustentabilidad ambiental
La crisis de los modelos de desarrollo, debe enfocarse en la relación desarrollo económico y bienestar social de la población y hoy más que nunca en el cuidado y beneficio del medio ambiente, es decir, la sustentabilidad y sostenibilidad en el tiempo. Es así que en los países desarrollados se ha logrado aumentar los niveles de calidad de vida de la población en general, generando conciencia y educación ecológica para el cuidado del medio ambiente. En este sentido, el Programa de la Naciones Unidas para el medio Ambiente en el año 2002, destacando lo siguiente:
El nuevo enfoque de desarrollo implica, pues, considerar principios de ética para la sustentabilidad que se expresen en valores de solidaridad de la humanidad para con el planeta, lo primordial es el “ser” antes de la posesión material y, principalmente, dar un lugar primordial a la distribución de los recursos de la naturaleza antes del crecimiento, así como utilizar como práctica la gestión colectiva de bienes comunes de la naturaleza; en otras palabras, el nuevo concepto de sustentabilidad se fundamenta en una ética que implique impulsar la solidaridad, reciprocidad y el bien común por encima del principio egoísta de producir ganancias, riquezas y comodidad basado en un acceso privilegiado a los recursos naturales (Rivera et al, 2017: 62).
Lo expresado por los autores refleja la importancia de modelos de desarrollo basados en el ser humano y el respeto por el medio ambiente como generador de riquezas, de forma armónica y equilibrada, y lo más importante basado en la educación eco-ambiental para su conservación y regeneración, lo cual beneficia a la misma sociedad y el medio. Todo lo anterior con el apoyo de políticas públicas para lograr los objetivos ODS de la agenda 2030.
En el contexto de los países latinoamericanos y en relación con los modelos de desarrollo, la principal preocupación se centra en la fragilidad de sus economías, precariedad laboral que incluye la seguridad social y la sostenibilidad de los modelos de desarrollo. En este sentido, los dos grandes modelos que se han implementado en América latina no han dado los resultados esperados, es así que Fernández (2022) hace referencia a los dos principales modelos de desarrollo, el primero centrado en el desarrollo nacional con una estructura de bienestar relativa, el segundo con particularidades distintivas de los modelos neoliberales en cuanto a la ruptura del pacto social entre capital, estado y clase trabajadora, con flexibilización y desregularización de las formas de trabajo. El mismo autor se refiere que los modelos neoliberales presentan condiciones más desfavorables en cuanto a la desigualdad y exclusión social.
Lo expresado por el autor puede ser perfectamente discutible, ya que en el caso particular de los países de la región que han optado por modelos de desarrollo basados en ideologías de izquierda, han presentado grandes desigualdades sociales, ocasionadas por la falta de aplicación asertiva y coherente de políticas públicas, la corrupción, entre otras causas. En este mismo orden de ideas, el fracaso de los modelos de desarrollo en la región, también tiene su origen en su falta de sustentabilidad, es así que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expresa que las principales causas que provocaron el detrimento de los recursos naturales y el medio ambiente residieron en la implementación de modelos productivos, como lo fueron los capitalistas y socialistas.
Con base a lo anterior, el problema radica en cómo se usan los diferentes recursos naturales renovables y no renovables, lo cual trae como consecuencia la degradación ambiental, y en este sentido el papel del Estado en cuanto a la generación de políticas públicas que incluyan la conservación medioambiental será clave y en el caso latinoamericano las políticas han sido, ineficientes.
Es importante y necesario, lograr un equilibrio entre la explotación de los recursos naturales y la economía, como fórmula para armonizar el crecimiento económico sin incrementar el uso de los recursos naturales necesarios para la producción y mantenimiento del círculo económico. Reyes (2023), lo destaca expresando que la implementación del desarrollo sostenible como modelo económico faculta a los países a mantener un crecimiento duradero en el tiempo, puesto que permite hacer uso eficiente de los recursos naturales a fin de evitar un agotamiento de los factores productivos.
Por su puesto que está atado a las ventajas comparativas de cada país en cuanto a sus recursos naturales, y en el caso de América Latina se ha visto que abundan los recursos naturales, siendo en muchos casos grandes proveedores de materia prima para la producción en los países desarrollados, pero con un desequilibrio entre la explotación y cuidado del medio ambiente, además de factores políticos, sociales, culturales que han hecho que, la brecha entre el bienestar y el desarrollo económico sea cada vez más distante.
En América Latina, los indicadores de pobreza extrema, han sufrido variaciones en la última década:
En el ámbito social, los datos muestran una leve recuperación en algunos indicadores tras la pandemia de COVID-19. En 2021, la pobreza en América Latina alcanzó al 32,3% de la población, incluyendo a un 12,9% de la población en situación de pobreza extrema. Estas cifras representan una leve caída, de 0,5 puntos porcentuales en la pobreza y de 0,2 puntos en la pobreza extrema. (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2022: 26).
Al hacer un breve análisis de los indicadores se evidencia que la pobreza sigue teniendo un valor considerable, más aún si se toma en cuenta que venía en descenso leve, sin embargo, producto de la misma pandemia, se incrementó para el año 2020 a un 32.5%. En cuanto a los factores medioambientales, expresa:
Históricamente, América Latina y el Caribe ha tenido una contribución menor al cambio climático en comparación con otras regiones. Sin embargo, los países de esta región son muy vulnerables a sus consecuencias negativas: inundaciones, tormentas, sequías y deslizamientos de tierra, entre otros. Solo en el año 2022 ocurrieron 74 eventos peligrosos y desastres, provocando más de 7 millones de personas directamente afectadas y más de mil personas fallecidas. El valor de todos los daños y pérdidas económicas relacionados directa o indirectamente con desastres para el año 2022 en nuestra región ascendió a 1.789 millones de dólares…. Adicionalmente, se puede evidenciar que desde 1990 la región incrementó su producción acuícola acumulada en más de un 1.547%, pasando de 229.611 toneladas en 1990 a 3.781.004 toneladas al 2020. Asimismo, se puede observar cómo la extracción pesquera ha disminuido en un 22%. Todo esto muestra una menor presión sobre estos recursos naturales, que provoca un impacto menos desfavorable en el ambiente (CEPAL 2022: 57).
Lo expresado por la CEPAL, permite reflexionar sobre algunos avances en materia medioambiental, específicamente en algunos sectores, sin embargo, la infraestructura ambiental de los países latinoamericanos sigue siendo muy frágil y la explotación de sus recursos sigue siendo irracional, descontrolada y sin las políticas públicas a adecuadas para proteger el medio ambiente, como se mencionó anteriormente.
En el mismo orden económico, hay modelos de desarrollo en la región que se han basado en la dolarización de sus economías, tal es el caso de Panamá, dolarizada en parte, ya que también se utiliza el balboa como moneda oficial y el dólar. El otro ejemplo es Ecuador, que dolarizo su economía a partir del año 2000. Considero que la dolarización de la economía, tomando en consideración la fortaleza de la moneda dólar, ha permitido, según se evidencia en las cifras mostradas por el Dr. Proaño en su ponencia, un aumento de manera general de la calidad de vida, sin embargo, este modelo de dolarización presenta sus ventajas y desventajas
…se logró incrementar el crecimiento, contener y reducir la inflación e impactar positivamente la moneda, estabilizando las tendencias, proveyendo certezas a la inversión de mayor plazo, así como ratificando los beneficios de la dolarización oficial implementada por Ecuador. En este contexto, se lograron identificar incidencias adversas a causa de las intervenciones de política pública, que, si bien estabilizaron la fase de recesión, el orden y confianza en el gobierno y el control de la inflación, como efectos positivos, produjo efectos negativos, como él incrementó de la deuda pública a causa de la pérdida de disciplina fiscal por parte de la autoridad económica y política (Toscanini, Lapo-Maza y Bustamante, 2020: 137).
Lo mencionado por los autores permite reflexionar sobre la necesidad de complementar los modelos de desarrollo económico con acertadas políticas públicas que permitan apalancar y hacer sostenible el modelo, en caso contrario se corre el riesgo de incrementar la brecha social y económica en los países, tal es el caso del entorno latinoamericano.
Otro aspecto que se debe reflexionar se relaciona con el papel de las organizaciones en los nuevos modelos de desarrollo económico, y la importancia de la Responsabilidad Social Empresarial en el desarrollo sostenible, como actor clave:
…el reto actual consiste en generar unas dinámicas que impliquen un cambio real tanto en los modelos de gestión como en un paradigma empresarial que entronice a las personas, al bien común y la idea de servicio público. En este punto, los fundamentos de los ODS y la implementación de un marco ético, metodológico y operativo de la RSC (Aguado, Rodríguez del Pino, Abellán, 2022: 309).
Igualmente, destacan que lo anterior será un estímulo en las organizaciones, en la medida que se generen paradigmas más ecológicos y humanistas podrá lograrse un modelo de organización más asertivo que se materialice en actividades de RSC que permitan lograr modelos de desarrollo económicos sostenibles en el tiempo. Se evidencia que, las organizaciones, como actores dentro de la sociedad, tendrán un rol clave en contribuir a reducir la brecha social y económica, como consecuencia de la crisis paradigmática de los modelos de desarrollo, los cuales deberán orientarse a la sustentabilidad y sostenibilidad desde dos perspectivas la ambiental y la humana.
Otro elemento que es importante analizar y reflexionar está referido a la integración económica, al respecto, los países latinoamericanos, han intentado integrarse como bloque regional, con modelos de desarrollo económicos que buscaban confluir en puntos comunes para un desarrollo integral; sin embargo, han existido diferentes factores que han limitado dicha integración. Por su parte, Delgado y Zambrano (2023), hacen referencia a diversos factores que han frenado los procesos integracionistas, tales como la dependencia a potencias mundiales y su influencia con organismos de financiamiento multilaterales, intervencionismo de empresas transnacionales y la expansión de políticas exteriores de países del primer mundo para aumentar su influencia en la región. Destacan que estas son algunas causas que han frenado los procesos de integración regional.
Entre algunos modelos de integración regional tenemos la Comunidad Andina de Naciones, creada para impulsar el crecimiento equilibrado, armónico y equitativo, usando como herramientas la integración, cooperación socioeconómica, generación de empleo de manera activa, y mejorar el camino a la integración regional, desarrollando gradualmente la creación de un mercado latinoamericano, sin embargo, con el paso del tiempo no se han logrado dichos objetivos.
Al respecto, Quiroz et al, (2022), hacen referencia a los factores claves de éxito de este modelo de integración, eran la zona de libre comercio y la Unión aduanera, las cuales, según su perspectiva, no se implementaron adecuadamente por las diferencias políticas y económicas de los gobiernos. En el caso del Mercosur, también ha presentado problemas para una eficiente integración debido principalmente a intereses económicos particulares de los países miembros, caracterizados por negociaciones unilaterales con china, por ejemplo, así como aspectos ideológicos y políticos, los cuales han generado crisis de identidad en cuanto al perfil comercial de dicho bloque.
Con base a lo anterior, la reflexión se orienta a entender que los modelos de desarrollo económico basados en la integración en el caso de Latinoamérica, a diferencia de la Unión Europea, han sido ineficientes y quizás poco productivos, debido a que privan los intereses particulares, la falta de acuerdos con verdadera sinergia y factores ideológicos, además del contexto económico, social, político e intereses de cada país. Todo esto trae como consecuencia que sean poco sostenibles, siendo el principal perjudicado la población, por lo cual se incrementa la brecha social y económica.
Adicionalmente, es importante mencionar que, existen otros factores, además del económico y eco ambiental, que influyen en la crisis de los modelos de desarrollo, toda vez que, se soportan en factores como los son: educación, salud, bienestar y seguridad social, adicionalmente con los cambios producto de la postpandemia, la tecnología tendrá y tiene un rol clave en los nuevos modelos de desarrollo. De hecho, Riveros (2008) hace referencia a la problemática y necesidad de la accesibilidad del conocimiento a la población y los medios tecnológicos para acceder al mismo, lo cual traería como consecuencia una mejora en la educación.
El paradigma que sostiene los nuevos modelos de desarrollo debe centrarse en el desarrollo económico de un país y su consecuente inversión en lo social, ecológico y educativo como medio para salir de la pobreza y construir un nuevo bienestar. Al respecto, existen alternativas a los modelos de desarrollo haciendo referencia a la economía circular, la cual “busca movilizar a las personas a repensar el consumo y contribuir al desarrollo sustentable, identificando hasta qué punto un concepto circunscrito al ámbito económico trasciende las debilidades de los discursos tradicionales de desarrollo” (Kortabarria, Omil y Sánchez, 2022: 1).
La misma se centra en la industrialización y el crecimiento económico, orientada a reducir el consumo y fomentar el uso eficiente de los recursos, pero también permite iniciar conversaciones y acciones concretas respecto al estilo de vida y consumo del ser humano. Lo anterior evidencia que las propuestas de nuevos modelos de desarrollo deben centrarse en lo económico, lo humano y lo ecológico y apalancada por las políticas públicas del país.
2. A modo de reflexión final
La crisis paradigmática proviene justamente del fracaso de los modelos de desarrollo, los cuales no se han adaptado con facilidad a los cambios y complejidad del entorno mundial y regional, evidenciándose que, la brecha social y económica se ha incrementado, siendo los países de América latina los más afectados. Por tal motivo, se orienta a nuevos modelos, hacia el paradigma de la sostenibilidad basado en su sustentabilidad ambiental, que le permita uso y explotación equilibrada de los recursos naturales destinados a la transformación para el desarrollo económico.
En este orden, ideas, los nuevos modelos paradigmáticos, “deben apalancarse en estrategias de transición energética hacia el desarrollo sostenible, en la búsqueda de la eficiencia energética y el desarrollo de las fuentes renovables...” (Rodríguez, Sánchez y Soto, 2022: 1), esto con la finalidad de lograr un modelo de desarrollo que sea sostenible y sustentable desde lo energético, lo económico y lo humano, que permita mejorar la calidad de vida, y reducir la brecha económica entre los miembros de la sociedad.
En este sentido, la propuesta de un modelo de desarrollo para América Latina debe orientarse también en el empleo, servicios públicos, distribución equitativa de la riqueza, fortalecer los gobiernos democráticos, con la perspectiva de un verdadero desarrollo humano sostenible en lo económico, social, con visión local y mundial. Es necesario comprender que los modelos de por sí no son ineficientes, sino la forma de aplicarlos y las condiciones propias del entorno de cada país, afectaran su buen desarrollo, igualmente el papel asertivo de las empresas y las asertivas políticas públicas del Estado, con adecuados procesos de control para minimizar la corrupción y hacer los ajustes necesarios para lograr los ODS.
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