Opción: Revista de Ciencias Humanas y Sociales.
Año 39 N° 101 / Mayo-Agosto 2023, pp. 55-76
Universidad del Zulia. Facultad Experimental de Ciencias
ISSN 1012-1587 / ISSNe: 2477-9385
¿Hacia dónde vamos?
Ensayo sobre la Crisis Global del
Siglo XXI
Jorge Armand N.*
RESUMEN
Se explora la crisis climática del siglo XXI y su impacto sobre la civilización moderna.
Sostiene que, por primera vez en la historia, una especie —el ser humano— ha altera-
do gravemente el equilibrio del planeta, amenazando su futuro. Armand identica la
raíz de esta crisis en los principios del capitalismo y la modernidad, particularmente en
el dualismo cartesiano, el cienticismo y el mito del progreso, que han impulsado un
modelo económico y tecnológico no ecológico. Para enfrentar esta crisis es necesario
revisar estos paradigmas culturales y adoptar un enfoque holístico que respete los lími-
tes del ecosistema. Presenta tres escenarios futuros: un colapso apocalíptico de la civi-
lización, un control tecnocrático y deshumanizado o una “utopía” donde se restaura la
armonía con el entorno. Armand aboga por un cambio socio-cultural profundo como
única alternativa viable para evitar la destrucción de la civilización.
Palabras clave: Crisis climática, Civilización moderna, Capitalismo, Paradigmas cultu-
rales, Cambio socio-cultural.
Where Are We Going?
An Essay on the Global Crisis of the 21st Century
ABSTRACT
e climate crisis of the 21st century and its impact on modern civilization are explo-
red. It argues that, for the rst time in history, one species—the human being—has
severely altered the planet’s balance, threatening its future. Armand identies the root
of this crisis in the principles of capitalism and modernity, particularly in Cartesian
dualism, scientism, and the myth of progress, which have driven a non-ecological eco-
nomic and technological model. He argues that to confront this crisis, it is necessary to
review these cultural paradigms and adopt a holistic approach that respects the limits
of the ecosystem. ree future scenarios are presented: an apocalyptic collapse of civili-
zation, a technocratic and dehumanized control, or a “utopia” where harmony with the
Recibido: 10/11/2022 Aceptado: 10/03/2023
* Profesor titular de Antropología. Departamento de Antropología y Sociología Escuela de Historia.
Universidad de Los Andes Mérida, Venezuela. Contacto:
suma.paz5555@gmail.com
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environment is restored. Armand advocates for a profound socio-cultural change as the
only viable alternative to prevent the destruction of civilization.
Keywords: Climate crisis, Modern civilization, Capitalism, Cultural paradigms, So-
cio-cultural change.
INTRODUCCIÓN
Un fantasma recorre el mundo: La Crisis del Cambio Climático Global, la
cual amenaza con derrumbar las bases mismas sobre las que se sustenta la civi-
lización moderna. Por primera vez en la historia de la Tierra una especie bio-
gica, el homo sapiens, ha logrado alterar las condiciones medioambientales que
hicieron posible el surgimiento de todas las civilizaciones conocidas, incluyendo
la nuestra. La emergente crisis del cambio climático global, de origen antropo-
genico, y sus previsibles efectos sobre las principales variables que componen el
sistema-mundo, como la seguridad alimentaria, la salud pública, la economía,
etc. comprehenden una sola crisis, la cual denominamos Crisis General del Siglo
21. Esa crisis es de una gravedad y complejidad tal que no tiene precedente en
tiempos históricos, y como consecuencia de ello una profunda incertidumbre se
ha apoderado de los hombres y mujeres pensantes de nuestros días.
El futuro de la especie humana es inquietante. Tal vez se encuentre en una
encrucijada y le sea posible escoger un rumbo, o tal vez sea ya demasiado tar-
de, o quizás simplemente la posibilidad de escoger un rumbo no forme parte
de la condición humana. En cualquier caso, oteando el horizonte desde nuestra
alta morada situada frente al mar” contemplamos a la humanidad como si fuese
una diminuta y frágil embarcación, navegando en aguas tormentosas, pero man-
teniendo tercamente un rumbo jo. ¿Hacia dónde se dirige? ¿Cómo y porqué
hemos llegado a la presente situación? ¿ué debería ocurrir o qué deberíamos
hacer para evitar un desenlace fatal? Estas son las interrogantes que intentamos
responder en este artículo.
1. LA PARCELACIÓN DEL UNIVERSO
Las causas de los desequilibrios climáticos que aquejan a nuestro planeta no
pueden atribuirse al uso de los combustibles fósiles, como generalmente se pien-
sa. Ello equivale a confundir los síntomas con las causas de la enfermedad y por
lo tanto lleva a un tratamiento meramente paliativo y de resultados transitorios.
Si realmente vamos a solucionar esta crisis es indispensable adentrarnos en el
contexto histórico y sociocultural dentro del cual la misma se originó, y buscar
allí sus verdaderas causas y remedios. La complejidad de esta crisis engloba una
amplísima diversidad de aspectos naturales y sociales, lo que obliga a abordarla
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mediante una aproximación metodológica holística y sistémica. Con esta apro-
ximación intentamos analizar en primer lugar los condicionamientos epistemo-
lógicos, es decir, las premisas losócas que inuyeron en su origen y desarrollo.
Las premisas establecidas por el lósofo francés René Descartes (1687) de-
terminaron el rumbo denitivo que desde nales del siglo 17 tomó la ciencia
moderna. La premisa central de este lósofo es que la Realidad debía ser con-
siderada dividida en dos mitades opuestas: por un lado, la realidad misma (el
Universo) y por el otro el sujeto que intenta conocerla. La separación entre el
objeto del conocimiento y el sujeto que intenta conocerlo (dualismo cartesiano);
así como la otra premisa central de este lósofo de que todos los fenómenos exis-
ten separadamente (mecanicismo cartesiano), constituyen las bases primigenias a
partir de las cuales se originó el tipo de Ciencia que caracteriza a la Modernidad
en tanto que cultura y civilización.
Consustancializada con el dualismo cartesiano, la Modernidad ha reducido
a la Ciencia y la Tecnología (que antes del surgimiento esta cultura se hallaban
ligadas indisolublemente al Universo por medio de la Religión y de la Magia),- a
una realidad independiente y sin relación con nada que no sea lo inmediato y
lo utilitario. Por otra parte, imbuida en la otra premisa mencionada, según la
cual el Universo está compuesto por un conjunto de fenómenos yuxtapuestos y
discontinuos, la civilización moderna concibe a la Ciencia como un ensamblaje
de conocimientos parcelados o especializaciones que poco tienen que ver con lo
total en un sentido físico y mucho menos con lo total en un sentido metafísico.
Estos dos pre-supuestos cognitivos, aunados a la Lógica Aristotélica del siglo 4
a.C y al mito judeo-cristiano del ser humano concebido como centro del Uni-
verso o Antropocentrismo, explican el carácter inherentemente no- ecológico de la
ciencia y de la tecnología moderna, y en general de la Modernidad como cultura,
como lo intentamos demostrar más adelante en este ensayo.
2. LA MODERNIDAD COMO CULTURA Y SUS MITOS
FUNDACIONALES
La Modernidad en tanto que fenómeno social no puede continuar siendo
considerada según lo establecido por la teoría social evolucionista del siglo 19
como la más reciente etapa de una supuesta evolución universal de la humani-
dad, sino más bien como una clase de cultura especica. La Modernidad se ori-
ginó como consecuencia de determinados cambios económicos, sociales y po-
líticos relacionados con la Revolución Francesa, la Ilustración y la Revolución
Industrial; cambios estos claramente delimitados geográca, cronológica y et-
nográcamente. Por esta razón, la Modernidad debe ser considerada como una
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fase cultural propia en exclusividad de la Civilización Occidental y no como un
fenómeno universal. En otras palabras: la Modernidad no es más que uno de los
muchos tipos de cultura que han compuesto y siguen componiendo la amplia
etnodiversidad humana.
Antes de adentrarnos en los mitos culturales fundacionales que tipican a
la Modernidad, permítasenos denir lo que nosotros entendemos por cultura.
Desde nuestro punto de vista, la cultura es esencialmente un sistema epistemológi-
co no-formal, o gestalt, compartido colectivamente por un determinado grupo hu-
mano, sea este una nación o un segmento de la misma. Cultura puede ser también
denida como la mentalidad colectiva de un determinado grupo social. Cada cul-
tura es un sistema único, cuya lógica interna y valores son válidos solamente para
los individuos que integran determinado grupo social. En este sentido puede
decirse que la cultura no existe en abstracto ni sus características son universales.
Las epistemologías nacen a partir de determinados mitos o suposiciones co-
lectivas, las cuales determinan los rasgos que caracterizan a cada cultura. De allí
que dichos mitos o suposiciones colectivas deban ser considerados como mitos
sociales fundacionales. Entre los mitos fundacionales propios de la Modernidad
observamos los siguientes:
La Razón como única vía que lleva al Conocimiento o Mito del Raciona-
lismo y a considerar a la Ciencia y la Tecnología como omnipotentes. Este
lo denominamos Mito del Cienticismo.
El ser humano como centro del Universo o Mito del Antropocentrismo,
en el cual el Individuo es tenido como el centro de la Sociedad o Mito del
Individualismo.
El Progreso como evolución hacia un n abstracto denominada Futuro.
Esto último implica una concepción rectilínea y teleológica del Tiempo,
la cual es intrínsecamente absurda puesto que dicha evolución está diri-
gida hacia una meta inherentemente inalcanzable, dado que el denomi-
nado “Futuro” se mueve constantemente hacia adelante. De allí que este
mito lo hayamos denominado Mito del Eterno Progreso.
El Mito del Eterno Progreso distingue a la Modernidad denida como una
cultura especíca del resto de las culturas humanas. El opuesto a este mito es el
que hemos denominado Mito del Eterno Retorno, prevaleciente en todas las cul-
turas humanas a excepción de la Occidental moderna. Según el Mito del Eterno
Retorno, el Tiempo es un movimiento circular, que partiendo de una primigenia
Edad de Oro se va degradando hasta llegar a su nalización, para luego regresar
a su punto de partida y reiniciarse. Este mito es el caso, por ejemplo, de la civili-
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zación Occidental pre-Moderna, donde se expresa en el Génesis y el Apocalipsis
mencionados en la Biblia; en el caso de las antiguas culturas de la India donde
se expresa mediante los Yugas Brahmánicos, y en el de las culturas pre-hispánicas
mesoamericanas mediante los Soles Cósmicos.
3. LOS MITOS CULTURALES FUNDACIONALES Y LA RELATIVIDAD
DE LA TECNOLOGÍA
En consecuencia, sostenemos que la Ciencia y la Tecnología modernas no
son neutrales ni transculturales, sino dependientes de los mitos culturales fun-
dacionales propios de esta cultura o civilización. Cada cultura o civilización crea
un tipo de Ciencia y Tecnología en concordancia con sus particulares mitos o
premisas fundacionales. Ejemplo de esta relatividad de la Tecnología sería una
hipotética civilización post-Modernidad, en la que la Ciencia y la Tecnología
serian concebidas epistemológicamente como parte integral de la Biosfera.
Con este hipotético ejemplo queremos expresar que si en una determinada
cultura o civilización el ser humano es concebido como parte integral de la Na-
turaleza, este espontáneamente tenderá a ser respetuosa con ella y a desarrollar
un tipo de Ciencia y de tecnologías en armonía con la misma. Si por el contrario,
en una cultura o civilización el ser humano es concebido como esencialmente
separado de la Naturaleza, como es el caso de la civilización moderna, este gene-
rará espontáneamente un tipo de Ciencia y de Tecnología tendiente a abusar de
ella o al menos a ignorarla. En el primer caso las tecnologías prevalecientemente
utilizadas serían del tipo conocido como tecnologías intermedias, cuyas fuentes
de energía serian el uso comedido de tecnologías menos contaminantes, como
son por ejemplo la fotovoltaica y la eólica (Schumacher 1971). En el segundo
caso, por el contrario, estas serían tecnologías duras como son los motores a gaso-
lina, la fusión nuclear, los monocultivos, los pesticidas y herbicidas químicos, la
desforestación, la destruccion de la biodiversidad, etc.
4. LA FÍSICA CUÁNTICA Y LA CONCEPCIÓN HOLÍSTICA DEL
UNIVERSO
La importancia de la física de las partículas sub-atómicas o quantums, de-
nominada Física Cuántica o Nueva Física, radica fundamentalmente en haber
cambiado radicalmente la forma de entender el Universo y, por lo tanto, en ha-
ber revolucionado las bases losócas de la ciencia y la tecnología moderna.
Con base en numerosos experimentos, la Física Cuántica ha demostrado, por
ejemplo, que dependiendo de la medición empleada, las partículas sub-atómicas
pueden ser tanto partículas como ondas. Igualmente, que las propiedades de
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cualquier fenómeno dependen de su entorno, y que dado que este se transforma
constantemente, un objeto que en un momento dado es X en otro momento
puede ser Z. En otras palabras: que la Realidad no se encuentra parcelada en
lotes jos según la concepción cartesiana, sino conformando un todo caleidos-
cópico, es decir, un sistema uido y constantemente cambiante. Todo esto echa
por tierra los postulados de Descartes y por lo tanto las bases epistemológicas de
la ciencia y la tecnologia moderna.
Cabe mencionar aquí que la concepción holística del Universo, si bien es nueva
para la civilización moderna, no lo ha sido para otras civilizaciones. En particular
para algunas de las antiguas civilizaciones de la India y China, en las que nociones
losóco-religiosas como la del Tao resultan comparables con la noción del Todo
derivada de la Física Cuántica (Capra 1975). A este respecto podemos prever que
en un futuro no lejano la Ciencia y la Religión podrían llegar a reunicarse. Esto
a pesar de que la Religión se encuentre execrada por la ciencia moderna desde el
siglo 17 por considerársele como no-pertinente para el conocimiento.
5. EL GRAN ECOSISTEMA BIOLOGICO-CULTURAL
Adicionalmente, la Ecología ha demostrado empíricamente que la Biosfera
en si misma constituye un organismo, en el que todos los elementos que lo com-
ponen contribuyen a la conservación del mismo, ello a través de mecanismos de
interacción recíproca. En otras palabras: la Biosfera es un sistema a la vez ui-
do y unicado en el que cada uno de sus componentes desempeña una función
determinada en pro de la conservación de sí mismo.. Como resulta evidente, lo
anterior corrobora los planteamientos de la Física Cuántica.
Por su parte, la Paleontología y la Arqueología Prehistórica han demostrado
que junto con la aparición del género Homo (3,5 millones de años antes del pre-
sente), surgió por primera vez un fenómeno hasta entonces inédito que deno-
minamos Cultura. En este contexto el término cultura signica todos aquellos
elementos que el género Homo ha introducido en el Universo, desde los más
rudimentarios utensilios de piedra fabricados por los primeros homínidos, hasta
los inventos más sosticados de nuestros días
La cultura entendida de esta manera ha venido afectando en mayor o menor
medida a la Biosfera desde el inicio de la Revolución Neolítica (12 mil años an-
tes del presente), y particularmente a partir de la Revolución Industrial (siglo 19
de nuestra Era). Sin embargo, durante la Revolución Neolítica esta afectación,
si bien debió haber ocasionado un incremento en las emisiones de gas metano y
de dióxido de carbono (CO2) debido a la introducción de la domesticación de
animales y de la agricultura, no llegó a perturbar los equilibrios básicos globales
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de la Biosfera. No fue sino en la Edad de los Metales (circa 8 mil años antes del
presente) que aparecen las primeras evidencias de alteraciones signicativas de
la Biosfera de origen antropogénico.
A este respecto algunos estudiosos consideran que el declive de las civiliza-
ciones maya, egipcia y sumeria fue provocado por alteraciones del medioam-
biente ligadas a la sobreexplotación de las tierras. Sin negar que pudiera haber
habido sobreexplotación agrícola en algunos casos, sus efectos sobre la Biosfera
debieron haber sido muy limitados debido al poco espacio geográco que esas
civilizaciones ocuparon y al relativamente escaso número de sus integrantes. Por
otra parte, recientes investigaciones paleo- climáticas basadas en análisis de los
sedimentos de un lago situado en la región maya de Yucatán (México), sugieren
que la decadencia de esta civilización, y por extensión de otras civilizaciones que
coexistían en el mismo periodo, fue provocada por variaciones climáticas glo-
bales originadas por factores naturales, es decir no. humanos, como pudieron
ser una sobre actividad volcánica y /o el impacto de grandes meteoritos (Furby
2018). En relación con los efectos que civilizaciones más recientes pudieran ha-
ber tenido sobre la Biosfera, como fueron la greco-romana y la medioeval euro-
pea, no existen evidencias cientícas que indiquen que estos llegaran a alterar
globalmente a la Biosfera.
6. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y LA CRISIS DEL CAMBIO
CLIMÁTICO GLOBAL
Con la Revolución Industrial las actividades humanas adquirieron por primera
vez un carácter realmente perturbador de los equilibrios climáticos globales bási-
cos. Las mediciones cientícas de la temperatura media del planeta se iniciaron en
1850 y ya en 1880 esta temperatura se situaba en 0.8 grados centígrados por enci-
ma de los niveles anteriores al inicio de la Revolución Industrial. Desde entonces la
misma ha venido incremenndose hasta el punto de que en 1979 las mediciones
satelitales mostraban que la temperatura media global había alcanzado más o me-
nos 1.46 grados por encima de los niveles del periodo pre-industrial, siendo esta la
temperatura más alta jamas registrada hasta ese año; siendo su incremento de 0.13
a 0.22 grados por década. Estos hechos signican que desde el inicio de la Revolu-
ción Industrial la temperatura media del planeta ha venido creciendo exponencial-
mente, y que de mantener este ritmo la temperatura del planeta alcanzaria hacia
nales del presente siglo entre 3 y 5 grados centígrados por encima del promedio
del periodo pre-industrial. Tales niveles de temperatura podrían originar condi-
ciones climáticas similares a las de la fase media del Plioceno (3.5 millones de años
antes del presente), el cual se caracterizó por tener un clima húmedo y caliente y
por las grandes extensiones de selva tropical pobladas principalmente por simios.
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La mayoría de los especialistas coinciden en que la causa de este cambio cli-
tico global se encuentra en la acumulación de un excepcionalmente elevado
volumen de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono y metano prin-
cipalmente) derivados del uso masivo del carbón, el petróleo y el gas natural
como fuentes de energía, y de la explotación industrial a gran escala del ganado
destinado al consumo de carne, especialmente a partir de 1950. Además, los cli-
matólogos en general también coinciden en descartar las emisiones producidas
por la actividad volcánica como la causa principal del presente cambio climático
global, por ser esta estadísticamente poco signicativas (IPCC 2021)
Por otra parte, basta con el solo razonamiento lógico para llegar a conclu-
siones similares a las que venimos de citar si se considera que el volumen del
Producto Interno Mundial (PIM) acumulado durante los últimos doscientos
años de industrialización fue 8.000 veces más alto que el total acumulado du-
rante los últimos doce mil (12.000) años de existencia de la humanidad. Este
ultra exponencial aumento del Producto Interno Mundial (PIM) ocurrido en
tan cortísimo tiempo no podía provocar otra cosa que el tremendo impacto so-
bre los equilibrios climáticos del planeta que hoy afecta globalmente al planeta.
Otro hecho que nos muestra cuales son las verdaderas causas del actual cam-
bio climático es la pronunciada disminución de los gases de efecto invernadero
captada por las cámaras satelitales de la NASA durante la reciente pandemia
del COVID-19. Como todos sabemos, esta pandemia obligó a reducir drásti-
camente las actividades de las fábricas y establecimientos comerciales en todo el
mundo, así como a una drástica reducción de la circulación de vehículos auto-
motores, razón por la cual las emisiones de estos gases disminuyeron en un 6%
según informaciones de la NASA corroboradas por la Agencia Internacional de
Energía (AIE) y difundidas por la BBC en mayo 11, 2024.
Una de las falacias más difundidas sobre las causas de la crisis del cambio
climático es que esta se debe al explosivo crecimiento de la población humana
ocurrido durante el pasado siglo. Sin embargo, lo cierto es que según institucio-
nes como el Credit Suisse (2012), el 86% de los artículos de consumo produci-
dos en el mundo es adquirido por tan solo un quinto de la población mundial.
Siendo que un mayor consumo de artículos se traduce en una mayor producción
industrial y por lo tanto en una mayor emisión de gases de efecto invernadero,
podemos deducir que si un norteamericano o un europeo, por ejemplo, emi-
te, digamos 5 unidades métricas de gases de efecto invernadero, un nepalés, un
haitiano o un venezolano, emitirá apenas de 0.9 a 1 unidad métrica de estos
gases. Lo anterior signica simple y llanamente que la causa del calentamiento
global no obedece al número de personas que habita el planeta , como repiten
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la mayoría de los medios de comunicación, sino al estilo de vida consumista de
determinadas y contadas naciones del mundo.
7. EL EFECTO DOMINÓ DE LA CRISIS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
GLOBAL
La mayoría de la gente piensa que la crisis climática global se reduce solo a un
aumento de la temperatura, por ser este el único síntoma de esta crisis que hasta el
momento han experimentado en su vida cotidiana. Sin embargo, el inusual calor
que muchos hemos venido sintiendo desde hace varios años no es más que uno de
los efectos de una crisis mucho más compleja. La temperatura media del planeta
determina no solo el calor que sentimos en nuestra vida diaria sino igualmente una
vasta gama de fenómenos naturales y que incluyen desde el régimen anual de pre-
cipitaciones y sequias, la disponibilidad de agua de riego, la frecuencia e intensidad
de los huracanes, la dirección de las corrientes oceánicas, el nivel del mar, etc., hasta
fenómenos sociales como el estado de la economía mundial , la salud pública , la
posibilidad de nuevas pandemias, el incremento de las migraciones humanas, las
relaciones entre las naciones, la paz nacional o internacional , etc. A este respecto
debemos tener presente que el clima constituye la base material fundamental de
todas las civilizaciones, incluyendo a la civilización moderna.
Esta complejidad no es una característica exclusiva de la presente crisis climá-
tica, puesto que otros cambios climáticos ocurridos en el pasado fueron igual-
mente capaces de afectar de manera múltiple el desenvolvimiento de otras so-
ciedades y civilizaciones , hasta el punto de haber provocado en algunos casos
su decadencia e incluso la desaparición de las mismas (Viñas Rubio 2012). Pero
las consecuencias que el presente cambio climático podría tener sobre nuestra
civilización serían mucho más graves, ya que a pesar de su incomparable desarro-
llo cientíco y poder tecnológico, la nuestra, debido a su excepcional grado de
centralización, es particularmente vulnerable en caso de ocurrir un colapso eco-
lógico global. Basta con referirnos a algunos posibles eventos para demostrarlo.
Por ejemplo, ¿Qqé efectos tendría sobre la economía mundial la aparición de
una nueva pandemia, ocasionada esta vez por un cambio en el hábitat de ciertas
bacterias, virus, fungos o insectos a consecuencia de un mayor incremento de
la temperatura del planeta?. O ¿qué efectos tendría sobre los ujos migratorios
humanos, la paz interna y la estabilidad política de algunas naciones Occiden-
tales en caso de producirse una mayor intensicación de la presente crisis? .Esta
clase de preguntas puede extenderse a todos los ámbitos de nuestro mundo y la
respuesta será siempre la misma; es decir, que debido a la actual altísima centra-
lización tecnológica de las redes de comunicación social, a la globalización eco-
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nómica y nanciera y a la conexión terrestre, aérea, etc. de todos los rincones del
planeta, la crisis del cambio climático global se agravaría cualitativamente dando
paso a un proceso de tipo “efecto dominó” que terminaría desencadenando un
irreversible desorden general o caos sistémico , el cual desembocaría en el colapso
del sistema-mundo y tal vez en el derrumbe de la presente civilización .
Además de su origen antropogenico, la presente crisis climática tiene como
características únicas su abrupta eclosión, la excepcional rapidez de su desarrollo
y sus inéditos efectos catastrócos, todo lo cual no tiene precedentes en tiempos
históricos. Como lo hemos explicado más arriba, la raíz de esta crisis no se halla
en el uso de los combustibles fósiles sino en la hipertroa de la variable econó-
mico-tecnológica, la que en último análisis es un reejo de los pre-supuestos
epistemológicos y mitos fundacionales de la Modernidad en tanto que cultura.
Al referirnos a la variable económico-tecnológica estamos aludiendo a los
aspectos económicos y tecnológicos de la sociedad entendidos como variables
de un vasto sistema que hemos denominado Gran Ecosistema Biologico-Cultural.
En términos generales puede decirse que en cualquier clase de sistema, una vez
que una de sus variables se intensica o crece más allá de cierto umbral, este
entra en un proceso entrópico que inexorablemente culmina en un caos y en la
destrucción del sistema mismo (Georgescu-Roegen 1971).
8. LA INHERENTE INCAPACIDAD DE LA TECNOLOGÍA MODERNA
PARA SOLUCIONAR LA CRISIS CLIMÁTICA
La experiencia histórica demuestra que la aplicación de nuevas tecnologías
para solucionar problemas creados por la misma Tecnología, en especial crisis
ambientales, con frecuencia ha dado como resultado el surgimiento de nuevas
crisis ambientales. A continuación, ofrecemos algunos ejemplos.
Primer ejemplo: para combatir el problema de contaminación que aque-
jaba a las áreas industriales de Europa y los Estados Unidos se introdu-
jeron en 1979 ltros en las chimeneas de las fábricas con el objeto de
eliminar las emisiones de humo y partículas de carbón en la atmosfera.
Estos ltros probaron ser muy ecientes y hoy el aire en estas áreas y ciu-
dades industriales contiene mucho menos humos y partículas de carbón.
Sin embargo, paralelamente, la acidez del aire en estas áreas y ciudades
industriales se ha multiplicado miles de veces, y como resultado de ello la
lluvia que cae en algunas regiones de Europa y Norteamérica se ha hecho
tan corrosiva que ha afectado el crecimiento de sus bosques. Esto ocurr
debido a que el sulfuro presente en el humo expelido por las fábricas, que
antes era jado por el carbón, se encuentra ahora libre para combinarse
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con el oxígeno y el hidrogeno y formar ácidos. Lo que los ingenieros no
previeron tampoco fue que algunos años más tarde tendríamos la crisis
de la capa de ozono. Cuando se les preguntaba cómo fue que ocurrieron
estos absurdos resultados, por lo general respondían “ya lo haremos me-
jor la próxima vez”…!
Segundo ejemplo: la invención del vehículo automotor privado a nales
del siglo 19 tuvo como propósito satisfacer la necesidad del individuo
moderno de movilizarse de manera rápida e independiente. Fue esta ne-
cesidad engendrada por la misma cultura moderna la que llevó a Henry
Ford y a otros empresarios de la época a iniciar en los años 20 la fabri-
cación masiva de vehículos automotores privados. Un siglo después, los
millones de autos privados que hoy recorren las autopistas y carreteras
del mundo son considerados como una de las principales causas de la
crisis del cambio climático global y de las muertes por accidentes a nivel
mundial ¿Podrá el recién inventado automóvil eléctrico solucionar los
problemas creados por su antecesor sin crear otros problemas nuevos?
Tercer ejemplo: a pesar de que los antibióticos y los insecticidas permitieron
controlar infecciones tradicionales como la sílis, la gonorrea, la tuberculosis,
la neumonía, la malaria, el dengue, etc., su uso masivo durante décadas ha
creado un nuevo problema sanitario como es el de la Resistencia Microbiana.
Esto signica que ahora los microorganismos causantes de las enfermedades
infecciosas han logrado mutar genéticamente para convertirse en organis-
mos resistentes a los antibióticos e insecticidas, dando origen así a nuevas
enfermedades como es la Nueva Gonorrea, la Nueva Malaria, etc., las cua-
les suelen ser más letales que las anteriores. Esto ha llevado a los cientícos a
desarrollar nuevos tipos de antibióticos e insecticidas, frente a los cuales los
microorganismos patógenos deban estar ya adaptándose…!
Cuarto ejemplo: durante los dos últimos siglos grandes avances tecnoló-
gicos han liberado a millones de mujeres y hombres de la condena que
durante milenios signicó realizar tareas básicas como preparar los ali-
mentos, lavar la ropa, trasladarse, de un sitio al otro, comunicarse, etc.
Sin embargo, como contrapartida, la vida moderna los ha sometido a
condenas nuevas como el estrés, el insomnio y, paradójicamente, a la falta
de tiempo libre, lo que los ha hecho proclives a sufrir patologías antes
inexistentes como la ansiedad, la depresión crónicas, la drogadicción, etc.
Quinto ejemplo: Muchos sostienen que las denominadas “tecnologías
verdes” como la electricidad fotovoltaica y la eólica, representan la solu-
ción nal a la crisis del cambio climático global. Sin embargo, recientes
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estudios indican que esto podría no ser así. Dichas tecnologías requie-
ren de baterías especiales para almacenar una cantidad de energía igual
a la que generan actualmente los combustibles fósiles, es decir, miles de
trillones de giga vatios-hora. Esto implica la fabricación de una colosal
cantidad de tales baterías. A tal efecto habría que excavar cientos de miles
de minas de los nuevos minerales que esas baterías requieren, lo que lle-
varía a la degradación de millones de nuevas hectáreas de bosques, selvas
y sabanas, cuya preservación es indispensable para absorber los gases de
efecto invernadero causantes del calentamiento del planeta.
Respecto a los parques eólicos, además de requerir del mismo tipo de baterías
que los paneles fotovoltaicos, exigen enormes espacios terrestres o marinos; por
lo que su desarrollo a nivel mundial afectaría la vida de millones de insectos y
pájaros cuya función en la Biosfera es polinizar las plantas que componen las
cadenas trócas, las cuales a su vez son las que a n de cuenta garantizan la pro-
ducción de cereales, leguminosas, etc necesarios para la alimentación de los ocho
billones de seres humanos que hoy pueblan el planeta.
Los absurdos resultados representados por estos ejemplos ilustran claramen-
te la lógica interna de una ciencia que concibe a la Realidad como si estuviese
dividida en parcelas yuxtapuestas y sin conexión mutua. Esta concepción del
mundo impide prever los efectos a mediano y largo plazo que pueden tener las
manipulaciones tecnológicas de aspectos especícos. El mejor ejemplo de esta
incapacidad inherente a la ciencia moderna es la presente crisis de cambio climá-
tico global, la cual a pesar de que empezó a gestarse hace más de dos siglos fue
advertida por la ciencia convencional no hace sino unas pocas décadas.
9. EL CAPITALISMO Y LA CRISIS CLIMÁTICA
El modo de producción capitalista es la manifestación concreta en el plano de
la organización económica de la sociedad de los mitos fundacionales de la Moder-
nidad. El origen del Capitalismo parte de la conjugación de estos mitos, los cuales
se relacionan entre sí atraves de su mutua retroalimentación. Así vemos como el
mito que denominamos Mito del Individualismo se nutre del Mito del Cientis-
mo y viceversa. Y mediante la invención de nuevas tecnologías mayores benecios
económicos van a parar a las manos de aquellos individuos que las promueven, in-
dustrializan y/o comercializan; desarrollándose de esta manera un proceso circular
de retroalimentación s entre todos los mitos de la Modernidad.
Sin esta conjugación de mitos culturales y del sistema capitalista derivado de los
mismos no se hubiera podido dar el gran despliegue tecnológico y económico que
en los últimos doscientos años ha experimentado la presente civilización. Ahora
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bien, en el contexto de una crisis global como la actual, este conjunto de mitos y
sistema - que en última instancia son los verdaderos causantes de la crisis general
del siglo 21, tiene que ser remplazado por un nuevo conjunto de mitos y sistema so-
cioeconómico a n de poder superar el serio impase histórico al que hemos llegado.
Más arriba nos hemos referido detalladamente a los nuevos paradigmas lo-
sócos y cientícos requeridos en este caso, y más adelante en este ensayo pro-
pondremos un sistema socioeconómico alternativo al actual capitalismo. Por el
momento permítasenos hacer un breve análisis de lo que desde nuestro punto
de vista son algunos de los rasgos esenciales del capitalismo tal como ha funcio-
nado. Hasta ahora.
El Capitalismo se caracteriza por un rasgo cultural que podemos denominar
Culto del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, por la maximización a ultranza
del crecimiento económico, el cual se realiza atraves del incremento constan-
te de la producción y el consumo; factores estos últimos que en las sociedades
modernas son considerados como los principales índices o “pruebas” del desa-
rrollo y del progreso humano. Empleamos el término culto en este contexto en
su acepción como aceptación no-razonada o dogmática de algo tenido como
indiscutible, que se venera o se le rinde culto. La obsesión moderna por incre-
mentar constantemente el crecimiento económico se traduce en un ritornelo
que consiste en producir cada vez más artículos para consumir cada vez más. y
consumir cada vez más para producir cada vez más artículos. La conexión de este
rasgo cultural- económico con la presente crisis climática resulta obvia al consi-
derarse que al exponencial crecimiento económico de los últimos dos siglos ha
correspondido estadísticamente a un exponencial incremento de las emisiones
de gases de efecto invernadero.
Los defensores del crecimiento económico a ultranza argumentan sin embar-
gó que este crecimiento es indispensable para la creación de puestos de trabajo.
No obstante, las estadísticas combinadas del Banco Mundial y el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indican lo contrario. Estas institu-
ciones señalan que para 1980, por ejemplo, el Producto Interno Mundial (PIM)
fue de 32.000 millardos de dólares, al tiempo que existían ese año en el planeta
200 millones de personas subsistiendo con menos de un (1) dólar diario. Diez
años más tarde, el volumen del Producto Mundial (PM) permanecía casi igual al
de 1980 (29.000 millardos de dólares) y si embargo el número de personas que
subsistían con menos de un dólar diario se multiplicó cinco veces, hasta llegar a
la cifra de un mil millones de personas.. Esto quiere decir que mientras la pro-
ducción mundial de riqueza se contrajo en 9% el número de pobres se incremen-
tó en 20%. Una disparidad tan pronunciada difícilmente puede ser explicada
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como el resultado del crecimiento de la población. La conclusión que puede ser
extraída de estas estadísticas es que las variaciones en el crecimiento económico
mundial tienen muy poca incidencia sobre las variaciones en los niveles de la
pobreza, y que más bien el crecimiento económico de las últimas décadas ha
tenido como resultado una concentración cada vez mayor de la riqueza en pocas
manos y países.
Por otra parte, mientras las necesidades básicas de alimentación de una gran
parte de la humanidad no han sido satisfechas, se llena el corazón y la mente a
cientos de millones de pobres con toda suerte de necesidades falsas o de segunda
importancia como la de
un teléfono celular, etc, atándolos así, irónicamente, a la cadena mundial del
consumismo. Irónicamente esto sucede cuando se dispone de abundantes recur-
sos para alimentar a toda la población del planeta. En efecto, según informes
del PNUD, desde 1994 existe a nivel global suciente producción de cereales
y otros rubros para que toda la población del planeta esté razonablemente bien
alimentada.
El hecho de que el 85% de los bienes económicos producidos en el mundo
sea acaparado por apenas un quinto de la humanidad, y que la mayor parte de
la materia prima y la mano de obra empleada en la producción de dichos bienes
provenga de los países del llamado Sur Global, demuestra que el origen del ham-
bre y de la pobreza no se encuentra en la explosión demográca, ni en la falta de
tecnologías más ecientes, ni mucho menos en la necesidad de más crecimiento
económico. Por el contrario, estos males son consecuencia de una distribución
grotescamente desigual de la riqueza entre los países del Norte Global y los paí-
ses del Sur Global, y entre los ricos y desposeídos de cada país.
No obstante, para superar la pobreza y el hambre en el mundo grandes or-
ganizaciones nancieras internacionales como el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) han estado implementado desde mediados del
siglo 20 una estrategia basada en la promoción del crecimiento económico, par-
ticularmente en los países del Sur Global. El resultado de esta estrategia ha sido,
además de haber desencadenado la colosal expansión de las actividades econó-
micas que conocemos desde los años 50 del pasado siglo, el empeoramiento de
la crisis del cambio climático global, sin que por compensación haya cambiado
signicativamente la situación de pobreza de la mayor parte de la humanidad.
Por otra parte, desde el punto de vista psicológico, el Capitalismo se nutre
de exacerbar la codicia humana al estimular en el individuo el afán por alcanzar
poder y libertad mediante la acumulación de dinero y la adquisición de bienes
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materiales. Para estimular este afán y el consumismo, el Capitalismo manipula
los impulsos humanos mediante una inducción permanente de falsas necesida-
des articiales atraves de la publicidad subliminar y las técnicas del marketing. Si
bien la constante inducción de cada vez más numerosas y variadas necesidades
articiales falsas se traduce en los individuos pertenecientes a los estratos so-
ciales medios y altos en un estado crónico de ansiedad, en los individuos de las
clases marginales este estado se traduce en frustración y violencia, lo que explica
en gran parte el exponencial aumento que se observa hoy en los índices de delin-
cuencia urbana, en particular en los países del llamado Tercer Mundo.
10. LA DOMESTICACIÓN DEL CAPITALISMO
La codicia humana es un impulso “salvaje”, similar en cierto sentido al impul-
so del viento y al agua que corren libremente, los cuales suelen ser muy destruc-
tivos. Sin embargo, si estos elementos naturales son debidamente canalizados
pueden ser utilizados en provecho de toda la sociedad .Igual cosa puede ocurrir
con la codicia humana. El Capitalismo ha demostrado que puede generar más ri-
queza que cualquier otro sistema económico conocido. Sin embargo igualmente
genera serios conictos sociales, políticos y ambientales. Ahora bien, si este es
arnesado convenientemente, es decir, si es “domesticado, el Capitalismo podría
servir para producir y distribuir ecientemente los bienes económicos que en
cualquier caso necesita la humanidad. Esto es posible mediante una balanceada
combinación de incentivos y castigos .
El socialismo entendido como la colectivización de la propiedad y de la ac-
tividad económica, ha demostrado ser socio-culturalmente disfuncional dentro
de una civilización como la moderna; esto por estar en contradicción con los mi-
tos fundacionales subyacentes en la civilización moderna, particularmente con
el mito del Individuo como centro de la Sociedad. Lo anterior explica el fracaso
histórico del experimento representado por la Union de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) y demás países comunistas.
Ante este fracaso, los principales países capitalistas, liderados por los Estados
Unidos en tanto que principal triunfador en la contienda ideológica y geopolí-
tica entre los modelos capitalista y socialista de sociedad (Guerra Fría), intentan
hoy imponer hegemónicamente una versión extrema de capitalismo como el
Capitalismo Neoliberal. Según esta versión la “mano invisible” del Mercado no
solo garantiza la libertad económica sino que al mismo tiempo impide la con-
centración de la riqueza en pocas manos y los abusos contra el medioambiente.
Esta ingenua teoría carece de fundamento en la realidad como lo demuestran
las estadísticas ya citadas y el control monopólico a nivel global que ejercen las
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grandes corporaciones transnacionales de los combustibles, de la producción de
alimentos, de la información, de los fármacos, etc.
La versión del Capitalismo que proponemos en este ensayo es intermedia
entre los dos extremos representados por el Neo-liberalismo y el Comunismo; y
se emparenta, desde el punto de vista de la organización del Estado, con las ideo-
logías socialdemócrata y socialcristiana que prevalecían en el mundo Occidental
durante el periodo 1950-1990. No obstante, desde el punto de vista de la orga-
nización económica, nuestra concepción es radicalmente nueva. La denición
y características de esta nueva forma de organización económica, así como sus
nes últimos, son el tema de la siguiente sección.
11. EL MODELO DE DESARROLLO HOMEOSTÁTICO OPTIMIZANTE
Nuestro concepto de desarrollo homeostático optimizante se encuentra empa-
rentado en el plano teórico con algunas de las ideas propuestas por otros autores,
entre los cuales debemos mencionar a Donella Meadows (2020) , Serge Latou-
che (2016) y Herman Daly (1992). Nuestro concepto se encuentra también re-
lacionado con modelos alternativos de desarrollo propios de sociedades distintas
a la moderna, como es el modelo tradicional de de algunos de los pueblos indí-
genas de América y el modelo que se ha estado implementando en Bután desde
el año 2000 (Armand 2019).
Una economía homeostática, y en general una sociedad homeostática, no
son necesariamente sistemas en estado de suspensión o de parálisis. Por el con-
trario, por su misma naturaleza estas tienden a equilibrarse, es decir a optimi-
zarse. A diferencia del tipo de economía y de sociedad modernas, que tienden
a maximizar selectivamente determinadas variables del sistema social (en este
caso las variables de la producción y el consumo), una sociedad homeostática
optimizante tiende al desarrollo armónico del sistema social en su conjunto. La
tendencia de la sociedad moderna a maximizar selectivamente determinadas va-
riables especícas del sistema social en detrimento de otras variables, hace que
las sociedades modernas sean proclives a generar crisis en muchos ámbitos socia-
les y hasta personales, tendencia que en Antropología se conoce con el nombre
de Cismogenesis Cultural (Bateson 1974).
El modelo homeostático optimizante de desarrollo se deriva de la visión ho-
lística y sistémica de la Realidad expuesta en este ensayo. Este modelo consiste en
la práctica en el redimensionamiento a la baja de la variable económica con el n
de que se relacione de modo equilibrado con el resto de las variables que integran
la sociedad y el Gran Ecosistema Biologico-Cultural. El mismo es el único que
desde nuestro punto de vista es viable para solucionar de raíz la crisis global del
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siglo 21. Su implementación implica por lo tanto el desmantelamiento de todas
las políticas actualmente aplicadas para incrementar el crecimiento económico.
Esto no signica que se excluyan las políticas económicas orientadas al mejora-
miento de las condiciones de vida material de las naciones más pobres, pero no
así las de aquellas que con exceso han superado ya esas condiciones. Lo anterior
también implica el abandono del Producto Interno Bruto (PIB) como índice
estándar para medir el desarrollo y el progreso, y su sustitución por un nuevo ín-
dice que mida el desarrollo y el progreso en términos de satisfacción equilibrada
de todas las necesidades humanas, tanto materiales o económicas, como psico-
lógicas, espirituales, de salud, de educación y de integración medioambiental.
Los críticos de este nuevo paradigma, en particular los adheridos a la teoría
neoliberal, sostienen que toda limitación al crecimiento económico acarrearía la
pérdida de puestos de trabajo y por lo tanto una mayor pobreza. Esto es una fala-
cia. En un mundo de economía homeostática optimizante, por el contrario, puede
haber mayores oportunidades de empleo y de emprendimientos, aunque de dis-
tinta naturaleza. Nuevos puestos de trabajo y emprendimientos pueden surgir de-
sarrollando, por ejemplo, megaproyectos para restaurar las millones de hectáreas
de selvas y bosques devastados durante los últimos doscientos años, lo que a su vez
llevaría a transformar las hipercongestionadas ciudades modernas en conglomera-
dos humanos más pequeños y funcionales. Este proyecto requiere directa e indi-
rectamente de millones de emprendimientos y puestos de trabajo, lo que compen-
saría con creces la perdida de los mismos resultante de la introducción del nuevo
paradigma de desarrollo. Por otra parte, este proyecto reduciría drásticamente las
emisiones de dióxido de carbono (CO2) causantes del cambio climático, puesto
que las selvas y bosques son sus principales recicladores naturales.
Otros ejemplos de emprendimientos y puestos de trabajo que pueden surgir
en el contexto de una economía homeostática optimizante son la masiva remo-
ción de la contaminación por plástico presente en los mares y océanos, la recupe-
ración de los exhaustos acuíferos del planeta, el desarrollo masivo de las granjas
urbanas, de las pequeñas industrias artesanales, de las tecnologías de bajo impac-
to ecológico, del turismo no invasivo, etc. Esta clase de proyectos, desarrollables
escala nacional e internacional, puede satisfacer a corto y largo plazo todas las
necesidades de empleo de la población humana.
En otras palabras, lo que proponemos en este ensayo es una Economía de Re-
cuperación y Conservación, en la que la producción y el consumo son mantenidos
dentro de los límites de las necesidades humanas reales y no de aquellas inducidas
articialmente por el consumismo y la propaganda comercial; así como dentro
de los límites de tolerancia del medioambiente. Por otra parte, es lógico suponer
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que en un mundo de economía como esta el tamaño de la población humana
es también mantenido en condiciones homeostáticas y optimizantes, lo que es
posible mediante la incentivación del control de la natalidad y la introducción
de mejoras en las condiciones de vida de los recién nacidos y sus progenitoras.
Sin embargo, es prudente tener en cuenta que este nuevo escenario es suscep-
tible de ser malinterpretado por grupos interesados en mantener la economía
creciendo como siempre. Esta posibilidad ciertamente existe. De hecho, algunos
teóricos han propuesto lo que se denomina la “modernización de la Ecología
(Gouldson y Murphy, 1996), la cual no es más que una forma de aprovechar
la crisis del cambio climático global para hacer negocios incrementando los ac-
tuales niveles de crecimiento económico. No obstante, dada la amplitud de esta
propuesta es posible esperar de manera realista que la misma sea aceptada y -
nanciada por un amplio espectro de intereses económicos y políticos- Como ya
lo hemos dicho, el nuevo paradigma no signica la desaparición de las libertades
económicas y políticas establecidas, ni mucho menos la abolición de la propie-
dad privada sobre los medios d producción.
12. ¿HACIA DÓNDE VAMOS?
Considerando todo lo expuesto, tres escenarios son posibles y los hemos de-
nominado respectivamente El Apocalipsis, El “Mundo Feliz” y La Utopía.
EL APOCALIPSIS
Como ha sido previsto por estudios de dinámica de sistema realizados hace
décadas (Meadows op.ct.), un aumento exponencial de la temperatura media
global del planeta y de la destrucción de la capa de ozono que lo protege de los
rayos ultravioletas, y como consecuencia de todo ello del surgimiento de nue-
vas pandemias, de guerras internacionales, de un mayor desempleo, inación,
concentración de la riqueza, criminalidad , etc. desembocaría en una situación
irreversible de entropía generalizada, es decir, de desorden o caos del sistema-
mundo, cuyas consecuencias en términos de sufrimientos humanos revestiría
rasgos apocalípticos. Reiterando lo que ha sido advertido durante las últimas
décadas, este escenario no solo es posible sino altamente probable. Al ritmo ac-
tual de intensicación de las variables en juego, y en particular a causa del desaca-
to sistetico de los acuerdos internacionales alcanzados en todas las cumbres
mundiales sobre el clima, el mundo entraría en la situación que venimos de ex-
poner a mediados del presente siglo.
Esta no sería la primera vez que una gran civilización se derrumba. Bástenos re-
cordar la civilización greco-romana. Sin embargo, a diferencia de esa y de todas las
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civilizaciones del pasado, la civilización moderna abarca un número de integrantes
que es varios miles de millones de veces más alto que el de todas las anteriores ci-
vilizaciones juntas; además de ser la única que ha llegado a alterar la temperatura
media del planeta y por ende el funcionamiento normal de la Biosfera.
Igual a lo acontecido en Europa luego del derrumbe de la civilización gre-
co-romana, a la caída de la civilización moderna podría surgir una nueva “edad
media, la cual tendría dimensiones planetarias. Los tiempos que se extenderían
después del posible derrumbe de la civilización moderna tendrían características
sociológicas de tipo medioeval tales como la generalización de centros de poder
regionales o locales en sustitución de los actuales gobiernos nacionales. Estos
centros se establecerían sobre la base de consideraciones étnicas y como forma
de defensa propia. Ligado a lo anterior surgiría un estado permanente de gue-
rras entre dichos centros, de luchas entre maas y de bandolerismo generalizado.
Es previsible igualmente el resurgimiento de pandemias similares a las pestes y
plagas medioevales como consecuencia del debilitamiento o desaparición de los
actuales controles sanitarios internacionales, La extinción de la clase media y la
generalización de la pobreza, incluso en los países del Norte Global, son otras de
las características medioevales previsibles, así como la drástica reducción de la
población mundial como resultado de todo lo anterior.
Por otra parte, una tercera guerra mundial, esta vez emprendida presumible-
mente utilizando armas atómicas, aun pareciéndonos el colmo de la irraciona-
lidad, luce como una posibilidad real, especialmente si se toma en cuenta las
reiteradas amenazas de Rusia e Irán de usar armas atómicas en las guerras que
actualmente se están desarrollando en Ucrania la Franja de Gaza, el Líbano, etc...
De darse este caso se encontrarían enfrentadas militarmente todas las grandes
potencias del mundo. De un lado se alinearían Rusia, Irán y tal vez China, etc,
y del otro los Estados Unidos, Canadá, la Union Europea, Australia, Japón, etc.
Sin lugar a dudas, este enfrenamiento bélico mundial aceleraría aún más el de-
rrumbe de la presente civilización.
A pesar de lo aterrorizante que el escenario apocalíptico pueda parecer, una
parte de la humanidad sobreviviría; la cual, después de transitar por un periodo
oscuro” y caótico lograría desarrollar nuevos mitos culturales sobre los cuales
poder construir una nueva civilización.
EL “MUNDO FELIZ”.
Como lo hemos explicado más arriba, la gestalt de la cultura moderna se en-
cuentra expresada en el mito de la naturaleza omnisciente de la Ciencia. Este
mito está presente en la mente colectiva del individuo moderno bajo la forma de
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un arquetipo inconsciente, de la misma manera que el mito del poder divino de
la Naturaleza o de Dios está presente en la mente colectiva del individuo de las
culturas distintas a la moderna. De allí que el individuo moderno confíe ciega-
mente en el poder de la Ciencia y la Tecnología para controlar cualquier situa-
ción que amenace su mundo. De esto se desprende que en la mente del individuo
moderno la solución a cualquier crisis planteada en su entorno natural o social
se encuentra en la Ciencia y la Tecnología, cuyo “progreso inexorable y eterno
pondrá punto nal a la crisis global del siglo 21 en todos sus aspectos.
La lógica de la cosmovisión cartesiana subyacente en la cultura moderna con-
duce en teoría al control total de la Biósfera y eventualmente a su remplazo por
un sistema completamente tecnicado o Tecnosfera, en el que no son concebibles
los problemas medioambientales o de cualquier otra índole. Esta lógica llevada
hasta sus últimas consecuencias conduce ulteriormente al control total y rem-
plazo de ese peculiar componente de la Biósfera que conocemos como el alma,
o la psiquis, es decir, de la consciencia transcendente, el pensamiento reexivo
y las emociones y sentimientos propios del ser humano. De manera que lo que
hasta hace poco tiempo era tema exclusivo de la ciencia-cción, es hoy moneda
corriente gracias a la invención y comercialización de robots dotados de inteli-
gencia articial o cyborgs. Por otro lado, la Ingeniería Genética se encuentra ya
en capacidad de modicar el ADN de los seres humanos y mediante técnicas de
clonación crear individuos de características predeterminadas, los cuales incluso
puedan ser reproducidos en serie. Esta tendencia apunta hacia lo que puede ser
denominado “racionalización del fenómeno humano” y representa la culmina-
ción de uno de los ideales decimonónicos más profundos como es el de poder
remplazar a la Biosfera por la Tecnosfera.
Ahora bien, si bien después de un apocalipsis civilizacional el ser humano
continuaría siendo humano y podría en consecuencia crear nuevos mitos cultu-
rales y construir una nueva civilización, en el mundo “feliz” que venimos de es-
bozar tal posibilidad estaría descartada. En un mundo conformado por creaturas
engendradas o controladas por la Razón Tecno.-Cientíca, aun siendo un mun-
do supuestamente “feliz”, no sería un mundo humano. Por lo tanto, a menos que
un apocalipsis civilizacional venga a detener esta tendencia, los seres humanos
se convertirán en piezas de un sistema gobernado por el más perfecto, eciente
e irreversible totalitarismo que pueda ser concebido, es decir, por la Tecnocracia
Absoluta, en la cual la Libertad estaría para siempre erradicada..
LA UTOPÍA
¿Será posible evitar tanto el n apocalíptico como el destino deshumaniza-
dor de esa creatura que orgullosamente se autodenomina sapiens-sapiens? ¿Exis-
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te una tercera alternativa? No podemos saberlo, pero en todo caso, basándonos
únicamente en las tendencias observables, una tercera alternativa luce como im-
probable o más bien como una utopía. Sin embargo, paradójicamente, solo una
utopía podría salvar a nuestra especie de su extinción. Dadas las actuales circuns-
tancias, la utopía debe transcender su condición de irrealizable para convertirse
en una necesidad histórica imperiosa.
A este respecto Edgar Morin ha dicho:
todos los grandes cambios, todos los grandes progresos, tanto en la his-
toria de la Vida como en la historia del Hombre, han sido victorias de lo
improbable. En la naturaleza biológica o social, las curvas exponenciales
se transforman tarde o temprano en curvas en ‘S’, las regulaciones exter-
nas (presiones del medioambiente) e internas (autocontrol) hacen que
la catástrofe previsible devenga solo una visión abstracta del espíritu; la
alerta apocalíptica, por su parte, concurre concretamente a la corrección
(Morin et.al 1980 pgs.237-238).
A lo que Morris Berman agrega: “el surgimiento del pensamiento holístico
en nuestro tiempo puede ser considerado en sí mismo como una parte del proce-
so general de retroalimentación auto- correctiva(Berman 1997 pag.187).
EPILOGO
La corrección a la aluden Edgar Morin y Morris Berman tiene la envergadu-
ra de una revolución social. Compartimos con Edgar Morin la idea de que las
primeras manifestaciones de las revoluciones sociales no dependen en última
instancia de una teoría, de un grupo organizado o de algún líder, sino de un pro-
ceso de maduración inconsciente y profunda que se da en colectividades deter-
minadas (Morin 1975). En este sentido nosotros sostenemos que la revolución
necesaria para salir de la presente crisis global sería una mutación de naturaleza
socio-cultural, la cual emergería espontáneamente de la consciencia de una masa
crítica de individuos cuyos valores, estilos de vida y actuación política señalen a
la humanidad el nuevo rumbo a seguir.
Es de prever que las manifestaciones de calle en protesta contra el cambio
climático global, que desde hace varios años vienen sucediéndose en las grandes
capitales del mundo cada vez con más frecuencia, enciendan la chispa que dé
inicio al proceso de maduración revolucionaria al que se reere Edgar Morin.
No es un hecho al azar que estas manifestaciones de protestas estén siendo re-
primidas cada día con más rigor. En la misma medida que se vaya agravando la
crisis climática como consecuencia del continuo aumento de la emisión de gases
de efecto invernadero, estas protestas de calle y su represión se irán extendien-
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do paralelamente a todo el planeta, hasta alcanzar un punto crítico en el que la
humanidad por un lado y los responsables de la crisis por el otro lado se vean
enfrentados mortalmente. En ese momento habrá comenzado la pxima gran
revolución de la Historia Humana.
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