Hernández, O. Revista de Filosofía, Vol. 41, Nº109, 2024-3, (Jul-Sep) pp. 55-71 63
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
de los recursos natrales y sociales desposee a las comunidades como correlato de los
capitales acumulados en los paraísos fiscales.
Por esto, la política es rapaz cuando la realidad se circunscribe a los límites del
laboratorio neopositivista. La negación del derecho colectivo a acordar las estrategias
comunes de convivencia, se sustenta en la negación de la palabra de los pueblos cuando la
única razón capaz de afirmar es la ciencia sacralizada; contrapensamiento que es incapaz
de considerar el deterioro de todos los nichos ecológicos, el aumento incesante de la
migración, el incremento de la esclavitud infantil, el quiebre del Estado moderno, como
límites de lo técnicamente posible.
2. Criterios de verdad de la ciencia sacralizada
Todo modo de conocer posee determinados criterios de saber; estos, legitiman los
conocimientos. Considerando la condición sensible y racional humana, con el propósito de
humanizar la convivencia, el criterio de verdad debe ser la reproducción de sociedades
solidarias y compasivas que se ocupan de su bienestar. Contraviniendo el derecho colectivo
de conformar saber como estrategia para acceder a mejores formas de convivencia, la
ciencia neoliberal valida al mercado como locus de validez de los saberes.
Ahora bien, el ser humano como ser que busca conoce la realidad, estructura los
procedimientos del saber. Es así, que no existe saber desvinculado de la estructura racional
y sensitiva humana. Un paso más, se capta y comprende el mundo a través de la mente,
sirviéndose de la capacidad racional y sensitiva. Así, quien busca conocer determina los
saberes; pues, no hay realidad objetiva e independiente de la comprensión humana.
El saber, como acto humano, estructura la realidad que se busca comprender; esto,
evidentemente desafía la ingenuidad positivista que pretende una realidad separada de
quien comprende; y, un método que cuenta con todas las habilidades que permiten
conocer. Se enfatiza, el mercado como lugar de validez científica, se cimenta en la
pretensión de realidad independiente de la condición racional y sensitiva humana; en la
valía absoluta del método científico. Pretendida objetividad, que incapacita considerar
éticamente las consecuencias de la técnica depredadora.
Una de las falencias epistémicas de la ciencia neoliberal es pretender saber válido
desvinculado de las condiciones y relaciones humanas. Seguidamente, articula
sacralizaciones incapaces de servir para superar las necesidades sociales. Es,
necesariamente, ciencia tautológica al ser autorreferencial. Considerado de esta manera, se
trata de una forma muy violenta de fanatismo; pues, al intentar producir el cielo en la
tierra, causa el infierno; junto a la aridez absoluta. Asevera Hinkelammert:
La utopía de los cielos nuevos y las tierras nuevas parece ahora al alcance de
la acción humana a través del progreso técnico infinito y para alcanzarla, no
hace falta más que empujar este progreso. Así pues, aparece una nueva